Este ratio es utilizado en el análisis de entidades financieras. Mide la rentabilidad obtenida por la entidad sobre sus recursos propios. La forma de cálculo es dividir el beneficio neto obtenido entre sus recursos propios.
Así, la eficiencia que ha pasado del 47,55% en 1999 al 55,65% en el año 2000, ha empeorado 8,10 puntos. De la misma manera, el ROE y el ROA se han situado en un 13,40% y un 0,49%, respectivamente.