Superficie cuyas propiedades ópticas varían con la longitud de onda. Puede caracterizarse por una gran absortancia para la radiación solar y una débil emitancia para las radiaciones infrarrojas del absorbedor.
Para temperaturas del fluido de trabajo superiores a 80°C, con un rendimiento de conversión en el entorno de 50%, existen dos aproximaciones básicas ambas utilizando superficies selectivas.