Este tipo de vidrio, como el vidrio reflectante, tiene un recubrimiento especial que absorbe la radiación de onda larga (infrarrojo térmico). Colocando la cara tratada por la parte interior evita pérdidas térmicas, pues el vidrio tiene un comportamiento más parecido al de un muro desde el punto de vista óptico. Entonces se calienta el vidrio de modo que evita las pérdidas por conducción.
Si el edificio presenta la principal carga en calefacción pasiva, la combinación de un vidrio absorbente por el interior y normal por el exterior ofrece excelentes resultados.